El legado de los árboles en México y el mundo
Los bosques, más allá de ser la cuna del origen de creencias y deidades en muchas culturas a través de los años, son uno de los recursos menos apreciados dentro de la cultura moderna, esto debido a la subestimación de su explotación y el pensamiento predominante que dejó la revolución industrial de que su consumo excesivo no dejaría consecuencias a largo plazo. La naturaleza, y principalmente los bosques, siempre han actuado como la cuna de la imaginación humana, imaginación que hemos dejado volar creando mitos, leyendas, monstruos y otros mundos a base de la naturaleza que nos rodea.
La deforestación siempre ha sido una realidad, y, al menos en los últimos dos siglos ha avanzado a pasos agigantados debido a la falta de regulación, la ambición y el poco entendimiento de quienes los explotan en cuanto al impacto de su extinción en la supervivencia de la humanidad. Gracias a estos abusos y usos indiscriminados nos hemos perdido de contemplar maravillas que ya no existen pero que en su momento pudimos haber conservador mejor. Tal es el caso del árbol Ginkgo, árbol considerado un fósil viviente, título que comparte con otras pocas especias prácticamente extintas como el cangrejo de herradura y el nautilus, los cuales sólo pueden ser apreciados en lugares de estricta conservación.
Queda de más recalcar que el balance en la flora y fauna son claves para la supervivencia de la humanidad, podemos ver una prueba tangible de las consecuencias de su mal administración en los cambios extremos de temperatura que hemos experimentado durante las últimas décadas, los huracanes, las sequias y las inundaciones.
México es un país con gran diversidad biológica, esta se ve reflejada en la riqueza de especies que nos rodea y nos distingue de otros países del continente americano. Somos un país con gran actividad agrícola y pecuaria que ha producido incontables fuentes de empleo y ha desarrollado distintas actividades que aprovechan con gran eficiencia el uso del campo, creando desarrollos urbanos desde cero y aportado excelentes resultados a la industria internacional. Estos avances han sido alabados por la comunidad internacional, pero llevados a cabo a costa de un gran precio, mismo que ha sido pagado con recursos difícilmente renovables a corto plazo, sacrificando millones de hectáreas de recursos naturales. La alteración de estos terrenos ha inhabilitado la recuperación de los espacios de manera natural, es por eso que es necesario intervenir activamente e implementar programas de reforestación que faciliten la restauración de las áreas afectadas.
Árboles sagrados
Una de las mayores razones para velar por nuestros recursos naturales se encuentra en las raíces de nuestra cultura. Nuestro país no está exento de contar con leyendas y mitos de árboles sagrados, y tal como sucede en otras culturas muchas bondades les son atribuidas, tanto físicas como espirituales. Actualmente sólo unas pocas especies de árboles son consideradas sagradas de forma general, pero en la antigüedad existían muchas más especies y variantes que, por su utilidad, escasez, tamaño, aspecto o resistencia se veneraban como sagradas, muchos de estos árboles fueron perpetuados de diferentes formas por sus culturas correspondientes. Una lista muy breve de algunas especies consideradas sagradas sería la siguiente:
1) Abedul, asociado a la diosa Frigga de la mitología nórdica, se menciona en el Kalevala.
2) Abeto, asociado a la festividad de Navidad. El Abeto sustituye al fresno llamado Yggdrasil en la mitología nórdica, el cual representa a la santa trinidad por su forma.
3) Acacia. En el Antiguo Egipto fue el árbol sagrado de la diosa Hathor. Se cree que El Arca de la Alianza y el Tabernáculo de los hebreos estaban hechos de madera de este árbol. Los masones consideran a la Acacia símbolo de pureza y entereza del alma. Se conoce el relato de una Acacia llamada Teneré en Níger que ganó fama por su longevidad, sobrevivió hasta 1973 en el desierto del Sahara.
4) Álamo. En Mesopotamia y Grecia se le relacionaba con los muertos. Heracles llevaba una corona de hojas de álamo cuando descendió al Averno.
5) Ashoka. Está estrechamente asociado a los yakshini, seres míticos del hinduimo, el budismo y el jainismo.
6) Garoé. Fue el árbol sagrado de los bimbaches, antiguos habitantes de la isla de El Hierro en las Islas Canarias.
7) Kadam. En el norte de la India está asociado a Krishna, mientras que en el sur lo está a Parvati.
8) Olivo. Se considera presente en el origen de Atenas y en la historia del huerto de Getsemaní que aparece en la Biblia. Es símbolo de inmortalidad, resurrección y esperanza. Hay un mito que cuenta que los persas, al invadir Atenas cortaron el olivo sagrado de Erecteion, pero esa misma noche creció un palmo sobre el renuevo para demostrar la fuerza de los atenienses.
9) Sándalo. Los rosarios budistas y tibetanos aún se fabrican de madera de sándalo. En China y Japón se quema en los templos.
Árboles enigmáticos
Las culturas más trascendentales en este tema fueron aquellas de origen nórdico, ya que se asentaron en lugares donde los bosques eran predominantes. Los países del norte de Europa siempre han rendido adoración a los árboles y han transmitido sus prácticas y leyendas a las generaciones recientes, por ejemplo:
A) Yggdrasil. Es un fresno perenne, conocido como el árbol de la vida que une los nueve mundos, comenzando con Asgard desde lo más alto, Jotunheim, el mundo de los gigantes y Helheim el reino de los muertos.
B) Irminsul. Pilar que unía el cielo y la tierra representado por el tronco de un roble. La leyenda cuenta que Carlomagno lo hizo cortar para imponer el cristianismo a los bárbaros.
Árboles sagrados para los Mayas
En México el caso de la veneración por algunos árboles no es diferente, ya que para los mayas los árboles simbolizaban el espacio donde ocurría el nacimiento del cosmos. Representaban vida, grandeza, bondad, perpetuidad, belleza, fuerza y unión.
Los mayas trataban con gran respeto y veneración a los árboles, y también les atribuía un gran significado religioso y cosmológico. Los árboles eran los canales de comunicación entre los tres niveles del cosmos: el subterráneo, por sus raíces, la superficie de la tierra por su tronco y el cielo por su follaje. He aquí cinco árboles sagrados para los mayas:
1) Chicozapote. Conocido como el árbol del chicle, era y aun es usado para higiene bucal.
2) Chechén. Usaban su madera como cura contra el sarampión.
3) Chacá. Usado para controlar la fiebre y curar infecciones estomacales. Su resina aún se utiliza para el copal, como en antaño. El copal es un incienso de suma importancia en las ceremonias mayas.
4) Ceiba. Es uno de los árboles sagrados más importantes ya que unía el mundo subterráneo de Xilbalbá con el mundo de los vivos y lo situaba en cada uno de los cuatro puntos cósmicos. Lo llamaban el árbol de la vida y la fecundidad. En los códices mayas, la ceiba aparece en un papel fundamental como estructura del universo, axis-mundi o eje del mundo. Los mayas creían que las aves sagradas que se posaban sobre las ceibas sostenían el universo.
5) Theobrama Cacao o Cacahuananche. De este se extraía el fruto para crear el Xocolatl, la bebida sagrada de los dioses.
Alrededor del mundo
Sin duda, los árboles siempre han sido parte de nosotros, brindando alimento, protección e incluso sentido a la vida, como el Árbol Cósmico, el Árbol de la Vida y el mítico árbol del conocimiento del bien y el mal mencionado en la Biblia. Existen un sin fin de historias dentro de diversas culturas, grabados antiguos y fósiles que han sido plasmadas en libros, películas y hasta en teorías exoplanetarias sobre estos seres o creaturas aparentemente sempiternos, tal como lo planteó en su versión el escritor J.R.R. Tolkien, el árbol de la muerte del director Tim Burton, el árbol mágico en Alicia o el árbol que da vida al armario en Las Crónicas de Narnia de C.S. Lewis.
Por ejemplo, están los Baobabs, árboles mencionados en el libro El Principito. Para los habitantes de Madagascar estos árboles son sagrados y no deben lastimarse. Para estas personas, los espíritus de los ancestros viven en ellos, cuidando a los vivos y transmitiendo mensajes de Dios. Es por eso por lo que suelen verse ofrendas debajo de sus ramas, generalmente de ron, miel o dulces.
En Tailandia, los árboles de Bodhi son sagrados y una parte fundamental de la cultura budista. Las ramas ascienden al cielo, mientras su tronco permanece en la tierra y las raíces descienden al inframundo. Fue debajo de uno de estos árboles que Siddharta se sentó y emergió iluminado, transformándose en Buda hace 2,600 años.
El roble de Abraham en Palestina. Según el mito, este árbol sagrado es en el cual los ángeles dijeron a Abraham que tendría un hijo. Si se trata del mismo árbol, lo cual es prácticamente imposible, debería tener aproximadamente 5 000 años de edad, siendo un remanente del bosque que alguna vez estuvo a su alrededor. Según algunos dichos, el árbol moriría antes de la llegada del anticristo, pero la parte principal del tronco está muerta desde 1996, aunque algunos brotes hacen pensar que aún nos queda algo de tiempo.
Y ni hablar del árbol del Tule en Santa María del Tule, Oaxaca. Es el árbol con el diámetro de tronco más grande del mundo, y probablemente el espécimen más viejo plantado por los sacerdotes aztecas. La mayoría de las historias de estos árboles legendarios ya han sido plasmadas en el cine y la literatura e incluso en los videojuegos.
La reforestación en México
La Comisión Natural Forestal o CONAFOR, define a la reforestación como un conjunto de actividades que comprende la planeación, operación, control y supervisión de todos los proceso involucrados en la plantación de árboles. Por otro lado, la Ley Federal de Desarrollo Sustentable o LGDFS en el artículo 7 fracción XXIX, la define como el establecimiento inducido de vegetación forestal en terrenos para ese uso. Se puede realizar en zonas urbanas o rurales, de acuerdo a la zona se clasifica en los siguientes términos: reforestación urbana y rural.
Sin importar cuál sea el caso, cualquier intento de reforestación requiere de una planeación previa que consta de varios pasos a seguir para garantizar un proceso exitoso. La CONAFOR establece que el desarrollo de una reforestación depende de cinco factores fundamentales:
1. La selección correcta de especies de acuerdo con el clima y lugar.
2. El uso de germoplasma de la mejor calidad genética y fenotípica posible con un suministro oportuno y permanente.
3. Un buen sistema de producción de planta y transporte hasta el sitio.
4. Plantar en la época adecuada para asegurar el mayor porcentaje de sobrevivencia de la especie.
5. La aplicación de técnicas silvícolas apropiadas para favorecer el desarrollo de las plantas y un buen manejo del terreno.
Es posible
Existen héroes sin capa que han llevado el término de reforestación a otro nivel, y no necesariamente de forma extravagante, por ejemplo, el caso de Antonio Vicente en Sao Paulo, Brasil, quien reforesto 27,000 hectáreas por su cuenta en un lapso de 30 años. Jadav Payeng, en la India, este hombre logró recuperar una selva de 550 hectáreas en 30 años tan solo por su cuenta. Sebastiao Ribeiro Salgado y su esposa Lelia Deluiz Wanick Salgado, quienes plantaron cerca de 1,759 acres en tan solo 20 años en Brasil. Todos ellos son prueba de que tan solo se requiere de iniciativa y ejemplo para rezurcir los errores del pasado en el tema de la deforestación indiscriminada que ha tenido lugar durante los últimos dos siglos.
Con algo de planeación y esfuerzo en conjunto, es posible recuperar bosques enteros y crear conciencia para optar por la creación de ciudades y poblaciones sustentables. Las ciudades verdes están a la vuelta de la esquina, países como Tailandia, China, Japón y los Emiratos Árabes han apostado por ser pioneros en este tema y sumar las ciudades verdes a sus planes de construcción.